¿Qué es una tarima flotante?

 

Esta es una pregunta nos la hacemos muchos cuando la miramos por primera vez, aunque se asemeje al típico piso de madera de toda la vida es muy diferente, no tiene nada que ver, ni en forma de instalación ni en precio, ni en tiempo de colocación. Para resumir una tarima flotante es básicamente un piso que no está clavado o pegado a la superficie de una estancia.

Hay varios beneficios al tener instalada una tarima flotante en comparación a un piso de madera o cemento.

En primer lugar se puede instalar en la parte superior de otro material, ya sea linóleo, cemento, baldosa, etc. Esto ayudará a reducir la cantidad de tiempo que debemos dedicarle a la instalación.

Otra gran ventaja de utilizar la tarima flotante es que se puede reducir la cantidad de chirridos y ruidos que ocasiona un piso de madera con el paso del tiempo. Los chirridos suelen estar ocasionados por los clavos sueltos, provocando que los tablones se froten entre sí. Mediante la eliminación de los clavos de suelo será menos propenso a los chirridos.

Las tarimas flotantes son más fáciles y rápidas de instalar que los pisos de madera natural. En la mayoría de los casos basta con una tarde para instalar la tarima en una habitación, los profesionales lo hacen en apenas un par de horas.

La instalación de un piso flotante comienza sobre una superficie plana, si la base es irregular tendremos que equilibrarla para que quede totalmente plana. Este proceso puede ir desde lijar el suelo existente o la eliminación de la moqueta. A continuación, tendrá que poner un escudo de vapor, si va a instalar la tarima flotante sobre un suelo de cemento, esto es como colocar una alfombra pero muy fina y de materiales absorbentes. Una vez colocada esta superficie solo tendremos que empezar a colocar la tarima flotante. Para ello, sólo tiene que ajustar las piezas siguiendo las instrucciones que vienen con la tarima.

 

 

 

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