Métodos para forzar cerraduras: ¿cuáles son los más comunes?

Cada vez son más silenciosos, rápidos y efectivos. Muchos de ellos ni siquiera dejan rastro a su paso. Hablamos de los métodos para forzar cerraduras, un catálogo creciente que incluye el ‘impresioning’, el resbalón o el ‘bumping’, entre otros. En este sentido, internet ha hecho un flaco favor a la seguridad en nuestro hogares, dado que el boca-a-boca de los foros facilita enormemente la divulgación de estas técnicas delictivas, algunas de ellas tan imparables como el ‘bumping’. Pero, ¿cuáles son las más comunes?

Empezamos con la crème de la crème, el tristemente popular bumping, un método altamente efectivo, cuya realización no requiere grandes esfuerzos ni conocimientos avanzados. Hablamos de una llave especial, provista de unos dientes algo más pequeños de lo normal, que se introduce en la cerradura y, tras unos leves golpes de martillo, los pistones del cilindro saltan y liberan su mecanismo, permitiendo así el giro de la llave sin mayores complicaciones.

 

Algo más sofisticado es el ‘impresioning, capaz de generar una llave maestra sin dejar el menor rastro. Con ayuda de unas láminas o varillas de aluminio deformable que se fijan en el interior de la cerradura, los asaltantes consiguen el molde de la llave cuando el propietario, al acceder a la vivienda, la deja impresa en este metal, sin percatarse de su propia complicidad en el delito.

 

La técnica del resbalón no es ninguna novedad, pero afortunadamente su alcance es algo más limitado que los anteriores, dado que precisa de la imprudencia de los propietarios. Llevarlo a cabo es tan sencillo como deslizar una tarjeta, radiografía o lámina de plástico entre el marco y el resbalón de la cerradura, abriendo así todas aquellas puertas que no tengan echada la llave.

 

El método del retroceso, por así llamarlo, ha perdido adeptos en los últimos años. Consiste en presionar los pasadores de la cerradura para anular el mecanismo. ¿Esto es posible? Como sabemos, al girar la llave una serie de pasadores de acero se deslizan hasta el marco, quedando anclados en su interior. Lamentablemente, no todos estos elementos incorporan un sistema anti-retroceso, por lo que ejerciendo una fuerza considerable sobre los pasadores centrales se consigue que los demás retrocedan. Naturalmente, los ladrones deberán abrir un boquete en la madera, lo que podría suponer demasiado ruido y demasiado tiempo. Desde luego, una forma algo tosca de forzar una puerta, que sin embargo también ha cosechado un gran número de delitos.

En vista de lo anterior, al maleante no le faltan recursos para conseguir sus objetivos, que en el caso del ‘bumping’ no le llevará más de uno o dos minutos. Afortunadamente el uso de alarmas y cámaras de vigilancia pueden disuadirles en la mayoría de los casos. Asimismo, sustituir las cerraduras tradicionales por los nuevos modelos invisibles, como el Keyless Lock de Wafu, aparece como una posible solución para cortar este problema de raíz. Si necesitas mejorar la seguridad en tu hogar, lo mejor es consultar a un cerrajero especializado.

 

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