Libérate del acné

El acné es el resultado de la alteración de la oleosidad de la piel y la acumulación de impurezas y suciedad en los poros que se infectan y aparecen barritos y espinillas. No es un mal sólo de adolescentes, sino que se presenta en cualquier etapa de la vida. Deja de culpar al chocolate y usa los siguientes remedios caseros para deshacerte del acné en un santiamén.

El acné: más común de lo que parece

El acné no distingue entre hombres ni mujeres, ni es un mal eminentemente adolescente. Si bien la pubertad es la época donde suele ser más recurrente debido a los cambios hormonales que experimentamos, no es sólo el pasar de la niñez a la adolescencia lo que lo causa. Del mismo modo, muchos estudios han señalado que la ingesta de alimentos como el chocolate no incide en la formación de acné.
Lo que sí es cierto es que la alimentación juega un papel fundamental para prevenir el acné a cualquier edad. Evitar comer alimentos muy procesados no sólo le hace bien a tu peso sino a tu piel. Consume mucha agua, evita el estrés para aminorar la acción del cortisol, realiza actividad física para segregar endorfinas y adopta una rutina de cuidado de la piel que incluya los tres pasos básicos de limpieza, tonificación e hidratación más la exfoliación una vez a la semana.

Si tu caso de acné es severo

Cuando el acné es severo debes ser más cuidadoso para no promover la sobreproducción de sebo que tapona más los poros. Aunque tengas la piel grasa debes usar productos que limpien suavemente debido a que tu piel sigue siendo delicada.  Visita a tu médico y consúltale antes de aplicar las siguientes recetas.
Mascarillas de sábila y miel
Ambos elementos son altamente hidratantes, exfoliantes y emolientes. Licúa el cristal de sábila con miel y úntalo con suaves masajes ascendentes. Deja actuar por 5 minutos y aclara con agua a temperatura ambiente una vez por semana.
Avena con leche

Las propiedades nutritivas de la leche combinan a la perfección con la suavidad y propiedades sépticas e hidratantes de la avena. Mezcla media taza de leche con dos cucharadas y aplica sobre el rostro limpio y seco. Deja secar y retira con agua fría una o dos veces por semana. Frota suavemente para no sobre estimular la producción de grasa.

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